miércoles, 13 de junio de 2018

VENY DE LIRA - NO VELAS CAPITULO FINAL

Todo fue un sueño

Así como jamás me espere fallar aquella vez que agendé mi despedida, tampoco me espere recuperar la vitalidad y la sonrisa que en mi juventud solía lucir.
Fueron 7 años de esperanzas vencidas y vaivenes, mañanas infinitas y noches efímeras, sueños lucidos y pesadillas maniáticas. Nunca pude afiatarme con otra persona después de terminar mi relación, no podía confiar en nadie y no quería lastimar ni defraudar a más personas, sinceramente. Una incapacidad que algunos decoran con miedo al rechazo o al ciclo eterno de las cosas.

El que nace sin querer muere sin amor, susurran las paredes de mi cuarto, como graffitis en un callejón oscuro.  Honestamente solo esperaba la muerte como el niño al viejo pascuero.
Tenía asumido que la experiencia del loco amor ya la había vivido y que repetirla sería imposible, no, mejor dicho, falso. Melancolía y misantropía rutinarias, ininterrumpidas y acompañadas siempre de la nostalgia, cargada de recuerdos, ásperos recuerdos. Pero claro que no todo dura eternamente…me lo enseñaron a carcajadas y a lagrimones, y nuevamente me lo estaban refregando en la cara.
Ver esa mirada brillante ilumino todo mi grisáceo semblante. Mi boca temblaba y las palabras se tropezaban antes de saltar por la lengua. Se acercó irradiando feminidad, tonalidad que había desparecido, hace bastantes cuadros, de mi paleta de colores. Cada centímetro que se acercaba eran clavos en los ojos de mi estabilidad. “¿Estás bien?” dijo con voz de agua, yo seco,  como si llevara 40 años en el desierto vagando solo atine a sonreír con los ojos, me acerque con la desesperación de la lluvia por morir en el suelo, la abrace con la misma fuerza del invierno y le susurre en su oreja destapada “Si, por fin”.

Obviamente no todo se dio de inmediato, ella hace poco había terminado una relación y yo aún arrastraba la ruma de complicados intentos de “hay alguien para ti por ahí”.
Pasaron los días, convirtiéndose en semanas, pasaron las semanas, transformándose en meses, pasaron los meses con forma de años, pasaba el tiempo e íbamos formando una nueva amistad y creando lazos. Todo se dio como si nunca nos hubiéramos conocido, pero como si hubiéramos sabido desde siempre que nos volveríamos a encontrar.
No quise ir rápido, solo pretendía no desaparecer de su vida, ni que ella lo haga de la mía. Pero ella estaba más grande, definida (no limitada) y yo seguía pequeño, vacío, incompleto. A pesar de todas la horas de lectura alimentando mi alma hambrienta, desempolvando la ignorancia levemente (vivimos al lado de un aserradero, todos los días debemos limpiar) comprendiendo un poco la mente de mi raza animal, ampliando mi cosmovisión, subiendo la lupa a la altura en que ni me veo, ni en este ni en otro plano existencial (solo soy una partícula de polvo) entendiendo que la vida es un constante siempres y nuncas, tan efímeros como los sentimientos… Pero a pesar de eso, cambié, y demasiado, lo único que no cambió fue mi amor hacia ella y mis incalmables ganas de perderme de la humanidad (que contradictorio es el toro que torea y saca sangre por culpa de su fobia al rojo).

Era inevitable no enamorarse otra vez, obvio, ahora somos adultos, con el tercio de la vida en los ojos, cansados ya de decepciones, medios pomelos y medias mandarinas.
Siempre lo supe creo, desde que caí al abismo, y desde que vi la luz en sus ojos a los años después, desde que escuche el primer y último “te quiero” de una joven que decía sentir algo muy grande por mí, pero no era así, no era por mí, era por lo que yo le dejaba ver, siempre lo supe, pero lo escondí. Siempre supe que tarde o temprano, al seguir viéndonos y conversando volvería a sentir algo por ella, algo que no era amistad, ni nostalgia, sino un nuevo sentimiento, de esos que solo una vez en la vida se puede sentir y que si no te arriesgas a manifestarlo se puede perder para siempre en un hoyo negro (en otra dimensión nos arriesgamos).

Qué bueno haber tenido razón tan locamente. Ahora yo con 33 años y ella con 30, la relación es diferente, han pasado muchas cosas, pero lo que nos convoca no necesita de esos detalles, tan insustanciales para un lector que probablemente haya caído en este vergel de letras por equivocación. Nos reímos de lo que alguna vez nos amargó,” era tan simple” decimos ahora, mi verdad es que lo necesitábamos, al final ya sea tarde o temprano lo importante era volver a ver el cielo crecer, y esas nubes grises soplarlas (aprendamos del pasado, solo para eso “existe”)

Tenemos una pequeña de 2 años, idéntica a su madre, aunque con mi carácter que tenía a su edad. No pasa un día sin que las mire (sin que se den cuenta) y tiren fuegos de artificio mis ojos, esos ojos que un día solo veían hastío y desprecio. Agradezco la oportunidad no dejando de pensar en que perdí la primera.



Aprendí a amar a la mala. Con el dolor, del que quiere morir, entendí que no hay que aferrarse a nada y disfrutar el viento, el huracán y la puihua (el viento y sus mutaciones, así como los momentos) y en vez de idealizar valorar lo que tienes, porque mañana  lo pierdes, eso es lo único seguro que hay aquí.

Incluso ahora en mis ratos libres comparto con jóvenes que sufren lo mismo. Imberbes que conviven con lo que alguna vez fue mi padre, amante y primogénito, y que ahora es solo un vecino que rara vez veo sacando la basura y saluda, desvariado como si creyera conocerme, pero no, no recuerda quien soy. Trato de ayudarlos a fugarse de sus cárceles mentales, eso me ayuda a recordar lo que fui y a pulir más la cuchara, si al fin y al cabo la fuga es eterna. Les muestro formas de convertir el dolor en inspiración, y que inspirarse no les duela, eso sí, yo aprendo más con ellos que al revés. Claro, sería una burda mentira si dijera que mi vida es perfecta y que cada día los pájaros cantan, no es así, pero ahora las jaulas están abiertas…

-¿Qué estás escribiendo ahora, amor?
-Acabo de cerrar un ciclo [ruido de puerta]
-¿Tu novela? ¿Esa dónde eres el más lindo del mundo? [Se ríe con malicia]
-(Yo diría que el mas imbécil y absurdo)[sonrío] no, ese es tu papel [la miro con cara de jaque mate], pero si, por fin termine de escribir la novela. A medida que iba recordando lo que paso hace tanto tiempo sentía dolores de estómago y apretones de pecho. No había asimilado lo angustioso que fueron esos años de nuestras vidas.
-Para mí todo eso fue como un sueño, un mal sueño [dice posando su cabeza en mi pecho]
-Para mí era un infierno demasiado real [respondo acariciándole el pelo]
-mmm [se refriega] ahora que terminaste levántate y vístete para que salgamos a comprar algo para almorzar [se levanta y repite con cara de ya es tarde] levántate…

-Levántate, tu mamá pasará a buscarnos para bajar a la playa.

Así despertaba de mi sueño, luego de no haber podido cortarme y sufrido recordando en el intento, mi abuela apurada gritando desde abajo por culpa de mi madre y su fascinación por ir a la playa en invierno por la mañana, tan solo unos segundos más necesitaba para poder ir a comprar el almuerzo (el cuchillo seguía debajo de la almohada).

martes, 1 de mayo de 2018

VENY DE LIRA – NO VELAS V


Cuando no había nada

Estoy más muerto de lo que podría haber estado. La mala suerte es mi sombra incluso en la noche más oscura. Creí tenerlo todo listo, pensé que el show había terminado y por lo que veo tan solo ha comenzado, lo que acabo de presenciar es la caída del telón, y con él, la caída de mis esperanzas.
- ¿El que quiere puede o no?- murmura el reloj de tic-tac nervioso, yo refunfuñando le contesto –para querer hay que saber qué se quiere- y admitámoslo, mi incertidumbre se huele a leguas…jamás se me pasó por la cabeza que fallaría. 
            ¿O no? Por qué el final sigue siendo el mismo ¿Acaso el ocaso se está postergando? ¿Quieres enamorarme nuevamente? No bastó con ser mutilado una vez ¿Necesitas que me recupere para poder enfermarme? Hipocondría y paranoia me apoyan, están a mi favor, me encuentran la razón, pero tú que sueles ser transparente y te jactas de estar hecho de sinceridad, dime presente ¿Por qué me das otra oportunidad? ¿Por qué le das un fósforo al pirómano cuando solo cae frío?
            Esto no ha sido azar, menos fortuna. Siempre dije y aún lo digo: “todo pasa por algo”; lo que matemáticamente es igual a “nada pasa porque si”. Quizás el desenlace debe ser otro, se encuentra calculado por ahí, mirándome de reojo. Pero no tengo miedo, ya que estoy preparado para fugarme a penas me vengas a buscar, ya me despedí y deje los garabatos donde tenía que dejarlos.

            Sigo impaciente, sinceramente no quería llegar a viejo, ni acercarme, entre nos no me vería muy bien (ni por dentro, ni por fuera). Herman Hesse ya lo escribió hace tiempo, y comparto su idea, el suicida no es solo el que llega al acto de eliminarse, si no también aquel que muere cada vez que intenta vivir. Así como Haller, tengo el calendario lleno de X despejando posibles fechas para clausurar el antro al que vino a encerrarse mi alma.

Solté una carcajada y luego un “por la chucha que soy quemao” al ver ropa tendida en el que solía ser mi patio. Ya era raro que estuviera el portón abierto y un auto donde solía estar el de mi madre. Incluso llegando a la que fue mi población sentía que algo fuera de lo previsto pasaría.
El enredo de estomago después de descubrir que mi final estaba siendo ofuscado fue gigantesco. El nerviosismo se apoderó de mis pensamientos, los cuales trataban de hacer sinapsis para hallar una solución óptima. Ya le había enviado un extenso correo a la que me mantuvo vivo y ya me había despedido de aquellos que me habían saludado. Se supone que aquel día estaba calculado para desaparecer tras muchas postergaciones semanales, guardaba el cuchillo en mi mochila, afilado con la ansiedad, llevaba un papel sacado de la croquera que me regalo ella en mi mejor cumpleaños (nº 20), llevaba lápices y también un bosquejo mental de lo que sería el adiós que le dedicaría a mi madre.

Vida frustrada, suicidio frustrado, mi animo se fue a pique con la lentitud de una roca hundiéndose en el agua.

Lo único que podía hacer era llamar a mi madre y decirle que ya no podía seguir quedándome donde Nicolás, debido a que su abuela estaría ahí por un tiempo para pasar las fiestas navideñas y de fin de año (las que yo quería eludir) Además ya era hora de que marchara y dejara de abusar de la voluntad y confianza de aquel buen sujeto.
Sorprendida por lo que pedía (irme a vivir con ellos ya que no tenía donde hacerlo) Me encomendó a mi padrastro. Lo llamé inmediatamente para acordar una hora, ese era el plan B, solo debía verle el medio lleno al vaso de cicuta que me contemplaba desde el velador, y aguantar unas horas o días. El deseo seguía consumiéndome. En la caminata de vuelta a buscar mis cosas, decidí llevar a cabo el acabose en el campo donde mis padres.

Acostumbrado al ritmo del nómada guarde mis cosas y las cargue en el auto. Vi en los ojos de mi padrastro la decepción y el desencanto. He visto tantos ojos iguales a esos, que no verlos me resultaría un acto fuera de rutina. Me trague el sermón que me cuchareó como el niño tragando cochayuyo. Se sujetó de la existencia y el cariño de mi abuela, para aconsejarme de irme donde ella, ya que en verano trabajo no faltaría al lado del lago y haría bien vacacionar y descansar de la ciudad. Yo solo decía si automáticamente, mi cabeza se encontraba en otra parte, estaba clavado en el horizonte, haciéndome 1000 preguntas y a todos contestaba de la misma forma.

Solo quería cerrar los ojos y no abrirlos más.

El regreso a casa me parecía humillante, no contaba con eso, pero por lo menos pude sentir el amor de mi madre y el de mis pequeños hermanos, cosa con la que tampoco contaba y estaba ignorando egoístamente.

(Tenía el cuchillo debajo de la almohada) Contuve mis lágrimas durante todo el viaje, hasta que me encerré en el que sería mi cuarto provisorio y me tendí en un colchón en el piso. El cuchillo debajo de la almohada, imagina esos sueños cortantes y filosos, me quede dormido escuchando el que sería el disco con el que me despedía y explicaba implícitamente mi decisión de marcharme. Mi cara se derretía. La carta que estaba destinada a mi madre se encontraba lista, llena de borrones y decorada con lágrimas que se escaparon en la composición queriendo acompañar aquellas palabras de dolor.
Llevaba alrededor de media hora pernoctando cuando mi hermano menor interrumpe con brusquedad, abre la puerta y me grita desde la entrada –buenas noches hermano, descansa- Mi sensibilidad solo pudo responder con una sonrisa derrumbada. Cerro la puerta y yo cerré mis ojos, haciendo un sándwich con lagrimas…-No puedo hacerlo aquí, los traumare, les haré más daño del que les haré si o si- Dije con el cuchillo en mi brazo, presionándolo, marcando su filo en mis venas. Antes de que interrumpiera estaba en la duda de si marcharme ahí en el colchón o levantarme en la madrugada y hacerlo en la ducha…Disipado y frustrado nuevamente.

Creí que mi estadía en aquel lugar tan relajante, pero al mismo tiempo atormentante, sería más larga pero no, solo fueron 2 días. Al segundo ya debía armarme un bolso porque me iría a vivir a Lago Ranco, allá mi abuela haría todo lo posible para conseguirme algún trabajo, ya que en Valdivia no fui capaz de conseguir o durar en uno. La depresión es mi fuero. Al enterarme de aquel plan lo único que se me vino a la cabeza fue –Allá será-.

Llegué y mi abuela estaba feliz de que la acompañaría y viviríamos juntos. Inmediatamente empecé a entregar curriculums, sabiendo por dentro que lo hacía solo para hacer tiempo. Lo que desconocía era la situación en la que se encontraba mi abuela, tenía a su madre enferma y debía cuidarla y preocuparse de ella la mayor parte del tiempo. Un día cayo enferma y tuvo que ser hospitalizada, asi estuvo varias semanas, entre rehabilitaciones y decaimientos, hasta que se tuvo que ir a vivir con nosotros. Los 3 en casa más una señora que debía cuidarla mientras mi abuela trabajaba.

No puedo hacerlo aquí, a pesar de que cada segundo que pasa me consume más, me hundo, no sé como describir este sentimiento, es un vacío enorme, que me come, que me quema, que me hiela, me tortura, mi memoria me está matando, mis deseos de abrazarla y besar sus tibias mejillas me carcomen. No puedo hacerlo ahora, debo esperar más.

Pasó un mes fuera de las drogas y el alcohol, aun no conseguía trabajo. La biblioteca se transformo en mi amiga, gracias a ella amenicé el martirio. A parte un pequeño amigo de 16 con el que jugaba cuando era chico y solía vacacionar en Lago Ranco fue mi compañía durante unas semanas, gracias a él la depresión no fue tan drástica como en un principio. Salíamos a jugar a la pelota por las tardes y nos íbamos a bañar al Lago, hasta que se regreso a su pueblo natal. Nuevamente me encontraba solo, acompañado de libros de filosofía y novelas.

Hasta que un día recibí el llamado del que sería mi jefe por la temporada de verano que ya se estaba acabando. Realmente mi voluntad estaba en el suelo y no tenía ganas de trabajar para nada, pero tenía que hacerme la idea de que debía por lo menos esperar a que mi bisabuela se recupere y regrese a su casa o se muera, y pase un tiempo de luto en el hogar para luego yo acompañarla en su viaje. Acordamos en juntarnos para que me explicara en que consistía mi trabajo. Trabajaría de guardia en un parque acuático, yo que nunca en la vida hubiera trabajado de guardia jaja, pero ya estaba muerto, que más daba. Realmente esperaba que fuera un trabajo el cual me cargaría levantarme todos los días para realizarlo, pero no fue así, ni siquiera era guardia como el que yo tenía estereotipado en mi cabeza, era tan versátil que ayudaba en todas partes con tal de mantenerme ocupado. Era agradable trabajar ahí y mantener la cabeza en otro lado. El trabajo me daba tiempo para leer mucho y conocer personas, 2 cosas que necesitaba para mantener lejos la amargura.
Aunque su recuerdo jamás me abandono, siguió ahí siempre, nunca me dejo solo, es como si siguiera comprometido, enamorado y enganchado. Creo que aunque me fuera a China seguiría ahí, tiene su pieza amoblada en un rincón (grande) de mi alma, y sinceramente no quiero echarla, no puedo, pero debo.


Cuando no llevábamos ni la 2º semana de trabajo ya me había construido confianza con mis compañeros y jefe. Llevaba más de 1 mes sin consumir marihuana, pero eso acabo cuando descubrí que una compañera tenía una mano pulenta. No lo dude, ya nos habían pagado lo que trabajamos de Enero, así que decidí comprar algo, creía que había pasado tiempo suficiente y que no habría una repercusión sicológica. Lamentablemente no la logro hacer, pero ella andaba con un resto y una pipa, “así que no se diga más señor” Espero a que termine mi turno y nos encerramos en la que era la caja del parque, y fumamos y fumamos…quede como chala.

Fue un buen término de verano, luego de 3 intentos seguidos de suicidio frustrado.  A parte de la buena onda de los compañeros, hubieron visitas que me alegraron el alma y gente que conocí que expandió mi forma de pensar y mi cosmovisión. Aunque sigo herido como si me hubieran disparado ayer, por más que pase el tiempo nada me cura.
Regrese a donde fallecí, vi a aquellos que deje en el camino, sentí el amor que me tenían, vi a la que me mantuvo con vida, me ignoró, me duele, de verdad que me duele. En conclusión nada ha cambiado desde el día que me marché, sigue la meta angustiada apurando mi paso. Hay días que con suerte tengo fuerzas para levantarme de la cama, te necesito con tantas ansias que ya no sé si estoy vivo o me maté en la primera oportunidad.

Dicen que antes de venir al mundo nos muestran las vidas que nos gustaría vivir y nosotros elegimos, creo que algún enemigo de mi antigua vida me hackeo y me cago bacán.

Lo único que me mantiene respirando es la esperanza necia de volver a abrazarla y decirle todo lo que he pensado durante estos 100 años de soledad.


Si no fuera por que te tengo a mi lado y te estoy susurrando todo este drama, no pararía de salivar…

domingo, 1 de abril de 2018

VENY DE LIRA – NO VELAS IV


Era mejor

Me das asco, tu expresión anodina me causa repulsión. Esos ojos vidriosos, tremando ante el exiguo reflejo de la esperanza, no me dan pena me dan rabia. Tus estulticias y aspavientos te trajeron hasta este momento ¿Qué esperas? ¡Hazlo! ¿Crees qué a alguien le importará? Quizás alguno de tus familiares te lloren unos días, te recuerden con nostalgia los siguientes, pero al pasar el tiempo serás solo un tropel de anécdotas, y para tus conocidos será menos que eso, digo conocidos y no amigos porque nunca lo demostraste como tal no sé si por miedo o por esa conflagración eterna que existe en tu cabeza que no te permite entregarte a las personas, salvo una que es la que te tiene aquí ahora frente mío musitando –quiero despertar-
Haz convertido este cadalso en una piscina, yo solo quiero ver tu piquero, ese que tanto haz publicitado a lo largo de estos años ¿Dónde está esa cerrazón? No me digas que te ha azorado lo que pueda pasar, o más bien lo que no ¿eh? ¿Temes no ser recordado? Ja, pero hombre debías haber pensado eso cuando tenías ganas de vivir y tenías tiempo de sobra, ahora estás demorándote más de lo debido, ya tengo hambre y quiero ir a cenar ¿No es eso? Entonces ¿qué? ¿Lo qué pasara después?  Créeme que cualquier cosa que pase después será peor que la que esté pasando ahora y lo que ha pasado últimamente ¿No? ¡Ya deja esos galimatías de lado! No quiero haberme emperifollado de puro gusto nuevamente, vuelve a tu estado impávido y sombrío que tanto nos relaja de una vez por favor. ¿No será que quieres despedirte de nuevo? Pff ya lo haz hecho lo suficiente como para que no te saluden ¿no es eso tampoco? ¡Entonces! ¡Hazlo! maldita sea, estas futesas no te conducen a nada, me impacientas. Esta desavenencia solo hará que tenga que encargarme yo mismo del asunto, para darle fin a este espectáculo vacuo, con presteza. La dama que me acompañará en mi velada se aburrirá de seguir esperando y el antojo de ñache comienza a desaparecer de mi estomago.
Mírame a los ojos, respira hondo y listo. Adiós amargura, chao dolor, hasta nunca recuerdos aciculares ¿No es eso lo que haz buscado tanto tiempo? Ese pequeño lapso, de casi 27000 horas, en el que sonreías tanto al parecer te alejo de mí más de lo que creía. Bueno, en todo caso eso no volverá a ocurrir así que deja de dudar tanto y termina luego con esto, no quiero ensuciarme pero me estás obligando a despojarme de mi ropa para ayudarte a disipar tus titubeos.

¿Sientes lo que escribes?
-         Si, mucho
¿Sientes lo que vives?
-         No, no lo escucho
¿Te pierdes con lo que sigues?
-         Si, no sé donde estoy
Entonces ¿Qué esperas?
-         ¡Que me dejes en paz! Aunque sea hoy

Este tipo de sueños se ha hecho recurrente desde que terminó invierno. Cada vez que despierto hay un cuchillo de filo ignominioso y brillo melifluo en el velador, velando por mis salados sueños, cual Ángel de la Guarda, inquieto, esperando sus vacaciones con ansiedad y cansancio. Me levanto a medias, agarro el cuchillo por el mango, lo estudio, le sonrío y le susurro ¿Es la hora? Su triste reflejo responde con un silencio interrumpido por el latir de un corazón delatado. Creo que debemos pactar un día para que acabe tu angustia, le digo imperturbado al reflejo que cada vez más expresa su pena en el grisáceo tono de su filo imperecedero. Creo que es hora de determinar lugar, hora y fecha del fin, para así poder tener tiempo en organizar mis cosas y despedirme de aquellos que se lo merezcan. Eso me ayudara a estar bien hasta que lleve a cabo mi último suspiro, le digo en el mismo tono, observo su reflejo en búsqueda de una respuesta y obtengo una sonrisa…Noviembre, debe ser en noviembre.



Casi 2 meses para disfrutar mis últimas drogas con este esqueleto, decirle adiós aquellos que han valido salir de mi pena, abrazar a mi madre, hermano y hermana, abrazar a mi abuela, tía y primas. Casi 2 meses para irme. Al parecer lo que más me podría retrasar será grabar mis últimas letras que he compuesto en este tiempo de tormentas, deberé depender del espacio de mi compañero, para poder ir a grabar a su casa y ordenar mis temas. Haber salido de la U ayudará en esto y sobre todo no seguir a mis padres en su emigración al campo, con eso la casa en la que vivía antes estará esperándome vacía y tendré un lugar en donde reposar sin afectar con la inmediatez de un adiós al que me vaya a extrañar, también haber llegado acá, donde Nicolás, será de gran ayuda para prepararlo todo. Aunque debo admitir que pensarlo diariamente me hace temblar, es difícil verle el lado positivo a un suicidio cuando lo único que quieres es otra oportunidad, pero la perdí, la perdí, la perdí y la volví a perder. Pero a pesar del suplicio rutinario, tener un final escrito servirá para levantarme cada día con ganas de llegar a él.


Macilento es el aspecto que me muestra el espejo del baño cada vez
que me levanto a lavarme la cara, para borrar esas legañas por llorar soñando, y lavarme las mejillas por esas lágrimas que actúan como despertador cada mañana. Que vacío siento cuando me miro, es como ver un horizonte con la neblina en tus narices. Ojeras trapisondas y abigarradas combinan con mi aura avieso. Veo el desorden de la casa, de la pieza, y atisbo mi voluntad derruida por ahí, no tengo ganas de levantarla y limpiarla, por eso me echo nuevamente en la cama esperando el mensaje de algún evasor de la realidad que me llame para ir a ocultarnos un rato de lo que nos rodea por dentro.
Tropiezo con ropas y esqueletos de lucasos, con recuerdos de días mejores, con esas firmas que dejaste en mi lecho y esos garabatos que esbozaste en mi computador, nena, cada día es peor que el anterior, la memoria selectiva es una asesina, creo que está cansada de mí y solo quiere ver mi conclusión luego.
En el calendario la reserva del patíbulo me motiva a compartir mis minutos finales, solo por eso me visto y salgo, dejo que el sol se ría de mi y que el pavimento me tenga lastima, solo por eso, solo por ese calendario burlesco que al igual que todo lo que me escucha sollozar cada día y noche, en aquella habitación, quieren que me despida de una vez por todas de esto a lo que llaman irónicamente VIDA.

            Era mejor antes, claro, siempre ha sido mejor antes, para el campo y para el cielo, para el agua y para el suelo, para el animal y el mineral, para el Dios que perdió su poder y para el Poder que perdió a su dios.
Aunque si me hubieran avisado que este sería el epilogo de mi vida luego de postergar el otro, no hubiera cambiado la decisión de aferrarme al amor, claro que si pudiera cambiar algo sería mi espíritu con el que enfrente la relación, aquella que podría haber sido la salvación que nunca busque pero que urgentemente necesitaba. No hay día, de estos casi 60 que me quedan, que no lamente lo que provoqué. Como aquel capitulo de Black Mirror, estoy en cerrado en una cárcel que es un bucle del momento en el que te maté.
Te escribo a ti sabiendo que no lo leerás nunca, pero quizás algún pájaro se pose en algunas de estas ramas y luego te lo cuente y te diga por enésima vez lo mucho que te quise, y en esta ocasión no proviniendo de mis poesías, canciones o mensajes, si no del relato de un hombre muerto y arrepentido, en donde explica porque tiene tantas intenciones de no estarlo.

            Era mejor mi música cuando era dedicada a ti, era mejor mi sonrisa cuando sabía que después de coquetearte podía mezclarse con la tuya, era mejor salir a caminar cuando el final del camino eran tus brazos, era mejor cuando no te aburría. Por eso cuando canto me duele hasta el tuétano, por eso cuando sonrió estoy mintiendo y ocultando mi tristeza, por eso cuando camino no quiero volver, por eso ahora que ya no existo para ti te diviertes como te lo mereces.

            Que soledad tan aplastante es esta, pueden haber decenas de personas reunidas a mi alrededor, mucho licor en la mesa, mucha hierba en las manos corriendo y corriendo, pero el vacío nada lo llena, no dejo de pensar en la fecha, en ti, en lo que me ha llevado a esto, la vejación constante de mi alma, en ti, en lo que me ha llevado a esto, en lo que ignora el resto y los hace felices, en ti, en lo que llevara a esto, ¿en mi? Si pensara en mi detendría la seudo fiesta, rompería una botella y me la clavaría en el cuello, porque yo soy el culpable de esto, el culpable de matarlos a todos dentro mío y dejarme solo.
No sabes cuanto te odio… me digo amorosamente.


            Sin duda era mejor antes cuando solo quería matar el tiempo contigo, ahora él me mata y lo hace tan lento que me obligó a determinar cuando y donde, el por qué es el que me apura.